Crecimiento personal y coaching

Vamos a pensar en la vida como una montaña rusa, tenemos dos opciones:

  • Sentarnos delante y vivir todas las emociones en primera fila, o sentarnos en la tercera o cuarta fila.

¿Necesitas que hablemos?

Terapia de crecimiento personal y coaching

crecimiento personal coaching

Añade aquí tu texto de ¿Qué es lo que nos va a ayudar?

Lo que nos va a ayudar a crecer es mirar detenidamente aquello que cruza por nuestra mente, no juzgar a los demás, motivarnos, ser tolerantes y entender que la vida es un constante aprendizaje.

¿Qué es el coaching?

Primero quiero dejar claro que el coaching no es terapia. A un proceso de coaching no vas por una depresión o una ansiedad.

El coaching ayuda a que las personas produzcan resultados extraordinarios en sus vidas, carreras, negocios. Permite tomar conciencia de nuestras fortalezas, áreas de mejora y de nuestra capacidad.

¿Qué tipo de preguntas se hacen en coaching?

Cada pregunta que se hace durante el proceso es una puerta abierta, o un muro que se derrumba, que te permite ver más allá. Ves las cosas desde otra perspectiva. Lo curiosos es que cuando te planteas nueva preguntas, ya no hay vuelta atrás.

Entonces tus posibilidades, que antes eran muy limitadas, son prácticamente infinitas. Te convierte en una persona más libre y creativa, porque finalmente comprendes que el hecho de que las cosas siempre se hayan hecho de cierta forma, no significa que esa la única posible. Te liberas de condicionamientos que la sociedad te ha impuesto y que has aceptado durante años.

Cuando se produce ese salto también reencuentras la pasión por la vida.

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Existen dos maneras:

En primera fila

En la primera fila podremos vivir intensamente la experiencia, el viento nos va a despeinar, vas a sentir la sensación de vértigo, te vas a reír, vas a agarrar el brazo de la persona de al lado. Es probable que también tengas más miedo, a veces es le peaje a pagar por atreverte a vivir nuevas aventuras, pero cuando te bajes, te habrás dado cuenta de que ha valido la pena. Y cuando pase el tiempo, seguirás recordando ese momento.

En segunda, tercera, cuarta… fila.

Si decides sentarte en las filas de atrás no te vas a despeinar, podrás mantener la compostura, tendrás más control y, sobre todo, siempre tendrás a personas delante que, de cierta forma, te indicarán cómo debes reaccionar y que debes sentir. Es probable que durante el viaje te sientas más cómodo porque experimentarás menos sobresaltos, pero cuando te bajes y pasen los años, apenas recordarás aquel momento. En la vida eres tu quien decide dónde quieres sentarte. Nadie te quitará ese asiento, a menos que se lo permitas.

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